manto de la virgen

Es muy amplia en su campo de acción, ya que trabaja las experiencias personales, pre-personales y transpersonales, está indicada para la estructura de personalidad del "observador".

Puede ser de utilidad en personas depresivas, cuyo mapa emocional esté cargado de tristeza, melancolía, pena, culpa, desvalorización y frustración. Trabaja sobre el meridiano del Corazón, sede de todas nuestras emociones, pero en especial la alegría y las heridas del alma.

También trabaja sobre el Sistema Circulatorio, cosa que no sorprende si consideramos su acción sobre el meridiano del Corazón y sobre el Corazón mismo. De modo que podemos pensar en ella a la hora de enfrentarnos con pacientes con problemas cardiacos. Se la puede utilizar para tratar problemas inherentes a los cuerpos mental: causal y monádico.

El primero es el contenedor de pensamientos y procesos mentales, donde se organizan los esquemas de pensamiento, o matrices conductuales, allí donde se organiza nuestra conciencia y la representación que hacemos del mundo, la imagen que tenemos de nosotros mismos, la sede de nuestro Yo superior.

El cuerpo monádico o sede emocional de nuestra alma, es el que se relaciona con los estados alterados de conciencia, nuestro bagaje transpersonal y el causal, que es el que contiene el plan de vida que nos toca vivir, muy vinculado de hecho con nuestras vidas anteriores. Es aquél que oficia de vórtice de unión con la fuente de la creación.

Regula los cinco sentidos básicos y aumenta las capacidades extrasensoriales.