Vid
Las características emocionales de la flor posee como configuración arquetípica la representación del "Gobernante".
En su aspecto constructivo es el poder realizador y en su aspecto negativo el destructor. En este caso la autoridad está al servicio del dominio por el placer que éste proporciona. No importa los medios, lo único importante es el usufructo del poder. Esta imagen arquetípica se encuentra arraigada muy profundamente en el psiquismo humano y se conoce con el nombre de "codicia moral". Sin embargo, hay que rescatar la luz que también puede irradiar esta estructura inconsciente. En este sentido es la fuerza que las profundidades psíquicas irradian al Yo haciéndolo fuerte para enfrentar las adversidades del mundo.
Las características psicológicas de las personas es que son muy eficientes, seguras de sí mismas, resueltas, decididas, de fuerte voluntad y ambición, con grandes dotes de mando.
El problema consiste en que la constatación de estas características lleva a estas personalidades a una dureza y a una avidez de poder que las convierte en poco respetuosas con la individualidad del prójimo. Pisotean y desprecian los deseos y opiniones de los demás esperando y exigiendo obediencia incondicional.
El afán de dominio las lleva a una pérdida de sensibilidad respecto a los demás y a moverse a menudo inescrupulosamente y sin piedad con tal de hacer patente su poder. A menudo pueden caer en la crueldad y el sadismo. Este patrón mental negativo hace personalidades dictadoras, tiranos de la política, el trabajo o el hogar, los padres rígidos, o a menudo crueles que creen que sus hijos se benefician de una educación espartana carente de amor. En su ceguera se creen infalibles y piensan que los demás se benefician acatando sus órdenes, motivo por el que no suelen discutir. Son orgullosos y agresivos.
Para estas personalidades la tolerancia y la indulgencia son una muestra innecesaria de debilidad. No obstante en situaciones de emergencia como catástrofes, etc. la seguridad y confianza que tienen en sí mismos los hacen útiles para los demás.
En el estado negativo pueden verse todos los síntomas físicos que se derivan de su gran tensión interior y de su dureza, tales como tensión arterial elevada, propensión a arteriosclerosis, patologías articulares y musculares diversas, patologías de la columna, irritabilidad. El área del organismo más comprometida con estos patrones negativos es el corazón y la columna vertebral. En la enfermedad quieren dirigir su propio tratamiento intentando dominar al personal sanitario que pueda atenderlos.
Entre las características espirituales encontramos un excesivo fortalecimiento del Ego que no permite ver la parte más allá de la personalidad, y a pesar de ser gente capaz se queda solo en los reclamos de las capas de la personalidad. Les cuesta mucho ver la conexión existente entre la zona egoísta y aquella desprovista de "necesidades y deseos" que simplemente da, perdona y no se enfada. En cualquier caso el patrón negativo antepone el cerebro al corazón.
La flor de la vid aplica para las personas dominantes e inflexibles que pretenden imponerse siempre en todo, y a todos. Permite utilizar las cualidades de líder constructivamente y admite a la personalidad abrirse a su Yo Superior y a los elevados propósitos de su alma, recuperando la propia fuerza, y reconociendo en donde uno impone su voluntad.
El aspecto positivo es sentir como la fuerza de voluntad de la que se está sobrada, se combina armoniosamente con el amor y el poder. De esta forma, subordina sus dotes a los intereses positivos de los demás, lo que les confiere una autoridad natural que se ejerce sin veleidades de dominación, ayudando a los demás a encontrar su propio camino.
Demás emociones que esta flor puede sanar son para relaciones conflictivas por seguir excesivamente cada uno por su propio camino sin importarle lo que diga el otro, impaciencia y deseos de que las cosas ocurran ahora mismo, y situaciones de inconformidad con la vida actual.